Ayer por tercera final de la Copa de Europa, las lágrimas
inundaron a generaciones y generaciones de aficionados del Atlético de Madrid,
a sus futbolistas, cuerpo técnico… ¡Otra vez! Dos finales que tuvo ganadas
hasta el último minuto y otra, la de este sábado, que rozó de nuevo. No hay
Champions para el Atlético. De nuevo el dolor de una final perdida, las
lágrimas del subcampeón, otra vez de forma cruel, como en Bruselas en el 74 y
como en Lisboa hace dos años. Un
varapalo tremendo.
En el último penalti, sobre el campo, Gabi ya miraba al
cielo, desesperado, buscando quizá una explicación fuera de lo racional ¿por qué?¡ay!¿por qué?, cuando Cristiano
se dirigía hacia el lanzamiento. Y lo marcó.
Y toda la plantilla de nuestro Atleti tendida en el césped, sin
consuelo.

A cientos de kilómetros de San Siro, viví esta final en el
sitio de siempre, mi peña, nuestra peña. Cantando, animando, sufriendo, con el
pecho estallando. Nunca dejamos de creer, y al finalizar la tanda de penaltis,
las lágrimas nos salían a borbotones, a nosotros y a nuestros jugadores, con
nuestros valientes, porque eso es lo que son los que lloran con la cara
descubierta, mirando al cielo o al suelo, buscando explicación, no importaba la
distancia, estábamos juntos, con el mismo dolor.
Quiero decir desde aquí, que nadie se venga abajo, van a ser
semanas duras, y va a costar levantarnos de esta, pero, eh, somos el Atleti, y
no hay guerreros sin cicatrices, una herida más, no pasa nada. Yo creo, sí,
creo, no voy a dejar de creer, que este equipo levantará esta copa, y será el
día más bonito de nuestras vidas, no dejéis de creer. Cabeza alta. Y sí,
llorad, de rabia, de impotencia, porque hoy no nos sale nada más, solo de pensar en que este equipo de jugadores pudiera no tener otra oportunidad... pero no importa lo que pase, ser de este
equipo es lo más bonito de esta vida, y estoy orgullosa, muy orgullosa de mi Atleti
de Madrid, porque hay equipos tan pobres que simplemente tienen títulos, ¡qué
afortunados somos de no ser pobres! Nos levantaremos y volveremos, como siempre
hacemos, hay que insistir, insistir, insistir, y lo lograremos contra todo y
contra todos. Prefiero caer luchando siendo un valiente.
Y por supuesto, GRACIAS. Gracias a nuestros guerreros,
gracias a todos mis amigos y amigas con los que me abracé a ellos llorando
ayer, gracias Atleti por tanto, gracias a Carrasco por hacernos soñar…y por
supuesto gracias a nuestro entrenador, esto no fue un fracaso, eso es para los
perdedores, tan solo fue una pausa para el éxito, quién sabe lo que nos tiene
el destino preparado, cuando llegaste esto sí era un fracaso.
Y dicen que nadie se acuerda del segundo, pero del Atlético
de Madrid de Diego Pablo Simeone no se olvida nadie. ¡Cabeza alta y qué viva mi
Atleti!