domingo, 29 de mayo de 2016

Honor al número 14

Voy a hablar de ti, porque sí, porque te lo mereces, porque tu incansable trabajo y todo lo que haces por el equipo suele quedar en la sombra, y porque no recibes el reconocimiento que mereces.

Ayer diste una soberbia lección de lo que debe ser un medio centro, no tenías fin, ni problemas físicos, ni nada, corrías más que nadie y luchaste hasta el final, desde el principio, parecías una estela sobre el campo, con tu brazalete de capitán y el 14 a la espalda. Esta final directa al museo del centrocampismo, ¡qué exhibición! Eres increíble, ¡qué portento! Nadie te paraba, era el partido de nuestras vidas, íbamos a conseguirlo. Yo también estoy convencida de que volveremos a otra final.

Ayer yo también llevaba la camiseta del equipo al que amamos, con tu nombre, y un 14, apretando los dientes, con las manos entrelazadas, con el corazón acelerado.  Y también se me rompió el corazón contigo, lloré desconsoladamente contigo, miré al mismo cielo que tú preguntando por qué… tus lágrimas desconsoladas son las de toda la afición, porque tu también eres parte de esta afición.

Ojalá hubiéramos podido bajar al campo y abrazarte todos los que te queremos, y darte todos los premios y copas que te mereces, porque eres el mejor capitán que existe en la tierra, porque se me rompió el corazón más todavía al verte, y tienes que ser tu el que levante la Primera para volver a unir todos esos pedacitos. Y ese será el día más feliz de nuestras vidas.

Eres ese niño que soñaba con jugar en el Atleti, y que creció con el escudo de nuestro equipo bien pegado al corazón, estuviera donde estuviera, trabajando muy duro para volver, eres ese niño que se hizo hombre cayéndose y levantándose siendo del Atleti. No nos merecíamos esto, no te merecías esto, pero no es la primera vez que nos hemos caído, que te has caído, y veremos una vez más el resurgir, poderoso del guerrero, sin miedo a leyes ni a nostalgias. Que se les caigan las vitrinas de tantos premios, (debería caérseles la cara de vergüenza también), que alardeen y farden lo que quieran… Tienen tantos títulos que son pobres, pobres de corazón, vacíos. Qué orgullosa estoy de mi equipo, y de tenerte en él. Gracias porque nadie representa mejor que tu lo que es el Atleti, porque tú eres el Atleti. Gracias infinitamente por honrar a nuestro escudo mejor que nadie, espero que mientras tuviste la cabeza agachada, aprovecharas para besarlo.  Y ni una lágrima más, capitán, perdiste siendo un valiente, nuestro mejor premio es ser del Atleti, y vivir esta gran historia de pasión, vamos a seguir caminando juntos a por nuestros sueños… eres y serás para mí (como dice la canción), lo más grande hasta morir, y que vengan mil, que yo seguiré eligiéndote a ti, porque hay cosas que simplemente no se pueden comprar con dinero. ¡Viva nuestro Atleti! Y brindo por todas las finales que nos queden por vivir y sufrir, y por todos los títulos que te quedan por levantar, capitán.  Y brindemos, celebremos lo que somos.

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