domingo, 29 de mayo de 2016

Hoy me he levantado queriéndote más

Hoy me he levantado aún más enamorada de ti, Atleti.
Ayer por tercera final de la Copa de Europa, las lágrimas inundaron a generaciones y generaciones de aficionados del Atlético de Madrid, a sus futbolistas, cuerpo técnico… ¡Otra vez! Dos finales que tuvo ganadas hasta el último minuto y otra, la de este sábado, que rozó de nuevo. No hay Champions para el Atlético. De nuevo el dolor de una final perdida, las lágrimas del subcampeón, otra vez de forma cruel, como en Bruselas en el 74 y como en Lisboa hace dos años.  Un varapalo tremendo.
En el último penalti, sobre el campo, Gabi ya miraba al cielo, desesperado, buscando quizá una explicación fuera de lo racional ¿por qué?¡ay!¿por qué?, cuando Cristiano se dirigía hacia el lanzamiento. Y lo marcó.  Y toda la plantilla de nuestro Atleti tendida en el césped, sin consuelo. 
No nos merecíamos volver a pasar por esto otra vez, ¿por qué? ¿Por qué no se pitó ese fuera de juego que significó el gol del Madrid ? ¿Por qué no se expulsó a quien se debió expulsar? ¿Por qué el penalti de Griezmann dio en el larguero? ¿Por qué Oblak no logró adivinar la dirección del de Cristiano? Ojalá que no hubiera tenido que ver a los míos llorar, ojalá que ese larguero no hubiera existido, ojalá que Juanfran no hubiera pedido perdón…
A cientos de kilómetros de San Siro, viví esta final en el sitio de siempre, mi peña, nuestra peña. Cantando, animando, sufriendo, con el pecho estallando. Nunca dejamos de creer, y al finalizar la tanda de penaltis, las lágrimas nos salían a borbotones, a nosotros y a nuestros jugadores, con nuestros valientes, porque eso es lo que son los que lloran con la cara descubierta, mirando al cielo o al suelo, buscando explicación, no importaba la distancia, estábamos juntos, con el mismo dolor.
Quiero decir desde aquí, que nadie se venga abajo, van a ser semanas duras, y va a costar levantarnos de esta, pero, eh, somos el Atleti, y no hay guerreros sin cicatrices, una herida más, no pasa nada. Yo creo, sí, creo, no voy a dejar de creer, que este equipo levantará esta copa, y será el día más bonito de nuestras vidas, no dejéis de creer. Cabeza alta. Y sí, llorad, de rabia, de impotencia, porque hoy no nos sale nada más, solo de pensar en que este equipo de jugadores pudiera no tener otra oportunidad... pero no importa lo que pase, ser de este equipo es lo más bonito de esta vida, y estoy orgullosa, muy orgullosa de mi Atleti de Madrid, porque hay equipos tan pobres que simplemente tienen títulos, ¡qué afortunados somos de no ser pobres! Nos levantaremos y volveremos, como siempre hacemos, hay que insistir, insistir, insistir, y lo lograremos contra todo y contra todos. Prefiero caer luchando siendo un valiente.

Y por supuesto, GRACIAS. Gracias a nuestros guerreros, gracias a todos mis amigos y amigas con los que me abracé a ellos llorando ayer, gracias Atleti por tanto, gracias a Carrasco por hacernos soñar…y por supuesto gracias a nuestro entrenador, esto no fue un fracaso, eso es para los perdedores, tan solo fue una pausa para el éxito, quién sabe lo que nos tiene el destino preparado, cuando llegaste esto sí era un fracaso.
Y dicen que nadie se acuerda del segundo, pero del Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone no se olvida nadie. ¡Cabeza alta y qué viva mi Atleti!

No hay comentarios:

Publicar un comentario