martes, 13 de mayo de 2014

Gracias

Gracias. Mejor decirlo al principio. Mejor que la primera palabra escrita sea gracias, que sea lo primero que alguien lea, no vaya a ser que se le pudiera pasar el objetivo de esto.
Este ejercicio de agradecimiento quiere una hacerlo hoy, con la gloria al alcance de la mano pero con la incertidumbre natural de citas como las que se afrontarán.
Una lo quiere hacer hoy porque cree que es de justicia y porque no quiere que, borracha de éxito o lamentando lo que pudo haber sido y no fue, pueda algún despistado pensar que el sentimiento es otro. Lo que una le brota del interior, es agradecimiento, más cosas también, pero sobre todo agradecimiento.

Gracias de nuevo para comenzar este párrafo.
Gracias por los nervios que nos estáis haciendo de pasar.
Gracias por estos dedos en los que ya no quedan uñas.
Gracias por hacer que el orgullo con el que una pasea por su vida los colores rojiblancos sea incluso un poco mayor.
Gracias por los partidos sufridos del último tercio de Liga y por los encuentros arrolladores de principio de temporada.
Gracias por las primeras partes de tanteo y las segundas de recogida de fruta madura.
Gracias por mantener viva la llama de la pasión hasta los dos últimos partidos después de tantísimos años en los que las ilusiones se lanzaban por la borda llegando las navidades.
Gracias por el fútbol directo y por el de orfebrería forjado al primer toque.
Gracias por haber conseguido hacer volver al estadio a aquellos que habían perdido un poquito las ganas.
Gracias por hacernos olvidar el frío del invierno y la humedad del río con vuestra calor.
Gracias por no defraudar.
Gracias por devolver al Atleti al sitio que nunca debió dejar, ese sitio que es nuestro por historia y por tradición,  a pesar de apropiaciones indebidas.

Gracias una vez más.
Gracias por las paradas imposibles de un espigado belga que sale de la adolescencia.
Gracias a los porteros suplentes que asumen su papel con elegancia.
Gracias por las autopistas de ida y vuelta.
Gracias a quién las bandas regenta, un lateral de Crevillete des estilismo capilar impresionante y un brasileño al que no hay zurdo en el mundo que sea capaz de igualar.
Gracias a los centrales que se cayeron de pequeños en la marmita donde se cocía la poción mágica de la tranquilidad y también gracias a los centrales más contundentes y dados a salir más de la cueva.
Gracias por los centrales que esperan en la recámara, y se cortan el pelo como si llevaran boina, por estar ahí cuando se les ha necesitado.
Gracias a los laterales derechos de futuro infinito que nos helaron la sangre en una caída con el cuello.
Gracias a Insúa, claro, aunque cueste un poco decirlo.
Gracias a los mediocentros que se transforman en los partidos importantes cortando balones sin freno.
Gracias a los portugueses que parecían jubilados y que volvieron a reengancharse al sueño para dar varias lecciones.
Gracias a los uruguayos cuyo fin en la vida es revolucionar partidos en los últimos minutos.
Gracias a los navarros llegadores que nunca levantaron la voz pese a ser tratados de manera injusta.
Gracias al que se apellida Resurección, porque eso hicimos nosotros.
Gracias a los medias puntas creadores, con ese zapatazo en el Camp Nou.
Gracias al tatuador de Sosa.
Gracias a los kebabs y al Imperio Otomano en pleno por pertenecer a la esencia del número 10.
Gracias a la señora madre de nuestro capitán, por traerle al mundo con más pulmones y redaños de los que tienen el resto de los humanos, y por ser el reflejo de la afición en el campo.
Gracias a los dos asturianos, a uno por luchar y pelear hasta la extenuación cuando las cosas no acababan de salir, y al otro por resurgir de las cenizas que muchos pensaban frías.
Gracias a la naturaleza por dotar de esa fuerza innata al español más brasileño de los que las delanteras dominan.
Gracias al Mono, por su cronómetro al cuello, sus arranques de ira justificada y su pizarra de la que surgen milagros.
Muchas gracias a Simeone, simplemente por existir y haberse cruzado en nuestro camino, por devolvernos algo que pensábamos perdido.
¡Cholo, que bueno que viniste!

Gracias a todos en suma pro esta semana que vamos a vivir y por el camino que nos ha traído hasta este punto.
Gracias por las noches en las que los niños y niñas de Atleti se han ido más contentos a la cama.
Gracias por inundar de sudor los campos de este país.
Gracias por los kilómetros que hemos hecho para pasar a vuestro lado.
Gracias por estos dos sueños que nos vais a permitir vivir junto a vosotros.
Gracias por mirar de igual a igual a los que por presupuesto deberían mirarnos por encima del hombro.
Gracias por incomodar a Pili y a Mili.
Gracias por dejar de ser el equipo más simpático y por matar bien muerta la Leyenda del Pupas.
Gracias por tener atareado a Neptuno arreglando su casa desde hace tiempo para recbirnos, como el buen anfitrión que es.
Gracias por ser protagonistas de un cuento que nos ha acompañado desde Agosto, tenga final feliz o no.
Y esto solo podía acabar de una manera posible: Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario